Loading...
Kilometros" de Los Caligaris
Olor a Mezquite
“Mientras no descubras un propósíto impulsor para tu vida, todo lo que estás haciendo es existir.” — Rick Warren 1954
Ya estamos en febrero del 2025 y como cada inicio de año seguro pensamos en propósitos y metas a cumplir este año. Sin embargo, al finalizar 2024, muchas de esas aspiraciones podrían parecer inalcanzables o dispersas. La mejor forma de cumplirlas en 2025 radica en contar con un IKIGAI, ese concepto japonés que representa nuestra razón de ser, el equilibrio entre lo que amamos, en lo que somos buenos, lo que el mundo necesita y por lo que podemos recibir una retribución.
Un IKIGAI claro proporciona dirección y enfoque. Cuando definimos nuestro propósito de vida, nuestras metas se alinean con nuestras pasiones y valores, lo que facilita identificar qué acciones nos acercan a lo que realmente importa. Esto elimina distracciones y nos permite priorizar de manera efectiva, haciendo que cada esfuerzo contribuya directamente al cumplimiento de nuestros objetivos.
Además, el IKIGAI actúa como un motor interno que impulsa la perseverancia permitiéndonos enfrentar obstáculos y momentos de desánimo, dándonos la motivación necesaria para superar estos retos. Cuando sabemos para qué hacemos algo, el cómo se vuelve más claro y accesible.
Otra razón por la que el IKIGAI es crucial para alcanzar los propósitos de 2025 es que fomenta el equilibrio entre lo personal y lo profesional. Muchas metas suelen centrarse en áreas específicas de la vida, como el trabajo o la salud, pero el Ikigai nos invita a considerar nuestra vida de manera integral. Esto asegura que nuestras acciones no solo sean efectivas, sino también sostenibles a largo plazo.
Finalmente, un IKIGAI bien definido genera un impacto positivo no solo en nuestra vida, sino también en la de quienes nos rodean. Cuando actuamos con propósito, inspiramos a otros a hacer lo mismo, creando una red de apoyo y colaboración que multiplica las posibilidades de éxito colectivo.
En síntesis, lograr los propósitos planteados al cierre de 2024 depende de transformar esas metas en parte de un propósito más amplio, uno que conecte con nuestra esencia y con las necesidades del mundo. El IKIGAI nos da las herramientas para hacer esto posible, convirtiendo el 2025 en un año de realización y significado. Así, cada paso dado será un reflejo de nuestra razón de ser, llevándonos más cerca de nuestros sueños, si no has descubierto tu IKIGAI busca tomar uno de nuestros talleres, ayudarte a encontrarlo es nuestra razón de ser.