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Tony Robbins, uno de los coaches de vida y desarrollo personal más reconocidos en el mundo, ha impactado a millones de personas, Robbins motiva a las personas a descubrir su máximo potencial y vivir una vida plena. Curiosamente, muchos de los principios que Robbins comparte en sus talleres coinciden con los elementos esenciales del Ikigai, el concepto japonés que se traduce como "razón de ser".
El Ikigai se encuentra en la intersección de cuatro áreas fundamentales: lo que amas, en lo que eres bueno, lo que el mundo necesita, y por lo que te pueden pagar. Según la cultura japonesa, cuando estas cuatro áreas están en equilibrio, se experimenta una profunda satisfacción y un propósito claro en la vida.
Tony Robbins, aunque no habla explícitamente de Ikigai, aborda temas muy similares en sus talleres. Uno de los pilares de su enseñanza es la importancia de la pasión. Robbins enfatiza que, para alcanzar una vida plena, es fundamental descubrir y perseguir aquello que verdaderamente te apasiona y se hace vibrar. Esta idea resuena con el primer componente del Ikigai: hacer lo que amas. Según Robbins, cuando seguimos nuestras pasiones, no solo nos sentimos más realizados, sino que también somos más energéticos, motivados y resilientes ante los desafíos.
Otra coincidencia significativa es la importancia de las habilidades y fortalezas. Robbins guía a las personas a identificar en qué son buenos y cómo pueden desarrollar estas habilidades para alcanzar el éxito. Este enfoque está alineado con el segundo componente del Ikigai: hacer en lo que eres bueno. Según la filosofía de Ikigai, la maestría en una habilidad no solo aumenta la satisfacción personal, sino que también contribuye al bienestar colectivo cuando estas habilidades se utilizan para el beneficio de los demás.
Robbins también subraya la necesidad de contribuir al mundo, ya sea a través de actos de servicio, liderazgo o impacto social, el mismo en cada uno de los eventos que realiza contribuye e invita a contribuir para abatir el hambre en el mundo. Esta idea coincide con el tercer componente del Ikigai: hacer lo que el mundo necesita. Robbins cree firmemente que una vida verdaderamente plena no se mide solo por el éxito personal, sino por el impacto positivo que se tiene en los demás.
Finalmente, Robbins habla de la importancia de la prosperidad y la recompensa, que corresponde al cuarto componente del Ikigai: hacer lo que te pueden pagar. En sus talleres, Robbins enseña a sus seguidores cómo pueden monetizar sus pasiones y habilidades de manera que les permita vivir una vida económicamente estable y satisfactoria.
En resumen, tanto Tony Robbins como el concepto de Ikigai se centran en la búsqueda de una vida con propósito y significado. Ambos enfoques invitan a las personas a explorar sus pasiones, desarrollar sus habilidades, contribuir al bienestar del mundo y encontrar una forma de vivir en equilibrio, logrando así una vida plena y satisfactoria. La convergencia de estas ideas destaca la universalidad de estos principios y su relevancia en la búsqueda de la realización personal.
“Porque nada contribuye tanto a tranquilizar la mente como un firme propósito, un punto en que el alma pueda fijar su mira intelectual” — Mary Shelley escritora inglesa 1797–1851